lunes, 13 de diciembre de 2010

Un día diferente...


Sábado día  11 de Diciembre de 2010. Había llegado el día. A Cris le concedían unas horas de “libertad” debido a su larga estancia hospitalaria, Debén comprendiendo la situación, entendió que psicológicamente era difícil. Sería positivo para ella evadirse de las cuatro paredes de la habitación del hospital y respirar ese aire que allí dentro tanto se anhelaba. Carmen tampoco esperaba el día de su alta definitiva. Sus plaquetas habían subido a las 21.000 y todo estaba en orden. Aquellos días las cosas estaban mejorando, pero por el carácter de Charo, no se adelantó a las buenas noticias hasta tenerlas fijas, asegurándose así de que todo estaba correcto y listo para que Carmen pudiese irse sin contratiempos de ningún tipo y sobre todo para no sufrir ninguna desilusión.
 Fue un día alegre pero triste. Para ellas había terminado un largo período donde cada segundo contaba para conocerse, cada minuto para unirse  y cada hora para quererse más. Aún así, se fueron convencidas de que todo continuaría y que las largas conversaciones nocturnas podrían continuar fuera  acompañadas de un buen café o un buen chocolate.
Cris salía contenta porque por fin podría desconectar  y saborear de nuevo el mundo exterior aunque la tristeza todavía ocupaba su corazón, pues de noche tendría que volver y además no contaría ya con su gran apoyo: CARMEN.

De todas formas decidió que aquella tristeza no podría estropear un día como aquel. De esta forma intentó aprovechar cada segundo como si fuese el último, disfrutando de cada detalle, de cada palabra, de cada gesto, de cada luz, de cada sombra… viviendo así muy buenos momentos familiares y gozando de la maravillosa experiencia de estar sentada a la mesa junto a los suyos, saboreando placenteramente cada bocado.  A pesar de todo lo extraordinario que suponían todas estas sensaciones, todo estaba igual.

Volvía la hora del regreso, y triste por ello, volvía a la 1108 donde su compañera Carmen, ya no estaría para recibirla. Al entrar, la cama del medio estaba vacía. Las baldas permanecían subidas y el desorden característico de la mesilla de Carmen había sido sustituido por un orden frío y pulcro. En el gran oso de peluche que encabezaba la blanca cama un sobre la estaba esperando. En el dorso ponía: “Cris. 1108…” Sin pensárselo dos veces lo abrió y bajo las lágrimas comenzó a leer. A partir de ahí sintió que algo faltaba y la tristeza de la vuelta se había convertido en algo mayor por la ausencia de Carmen. De todas formas le sirvió para armarse de valor para continuar la batalla y seguir adelante. El móvil no paraba de sonar. Carmen no estaba, pero no la abandonó ni un segundo. Sus mensajes, sus llamadas, sus correos le hacían sentir que a pesar de no estar presente, estaba allí, lo que hizo crecer sus sentimientos hacia ella y sentir que quizás todo ese tiempo que había perdido de libertad, había ganado una gran compañera, UNA GRAN AMIGA. Habían vivido muchas experiencias donde todo lo malo lo habían compartido y todo lo bueno lo habían repartido.

Aquella noche fue complicada para Cris. Recordaba y anhelaba todos los buenos momentos pasados con Carmen. Sabía que a la mañana siguiente ya no compartirían los chocolates con churros domingueros ni  las charlas mañaneras de los sueños y anhelos del mundo exterior. La palabra “OJALÁ” siempre estaba presente: “ Ojalá estuviera en mi cama”, “ Ojalá me dejaran dormir toda la mañana”...

Para Carmen todo empezó con la visita rutinaria del médico esperando el mismo pronóstico de siempre: PACIENCIA. Pero todo estaba a punto de cambiar sin que ella se lo imaginara. La gran noticia estaba a punto de llegar: las DICHOSAS plaquetas habían subido a 21.000. Todo estaba en orden y bajo libertad condicional, podría irse para casa. La primera sensación fue que se le habían quitado 20 kilos de 20 largos días de presiones, tristezas, agobios y de todas malas experiencias vividas a lo largo de todos aquellos días. Pero por otra parte otra parte maravillosa se quedaba dentro de aquel hospital y ya nada volvería a ser lo mismo: CRIS.

Un pequeño sentimiento de impotencia combinado con rabia se comían las lágrimas de emoción y alegría por su “liberación”. Por fin todo volvería a la normalidad después de tanta angustia y preocupación por el exterior. Pero todos los extraordinarios e inolvidables momentos con Cris, se quedaban atrás para volver a la tan ansiada vida normal. La salida del hospital pasaba a un segundo plano cuando pensaba que ya no se iba a dormir viendo la sonrisa de Cris provocada por alguna tontería insignificante o simplemente porque sí,  el chocolate con churros de Mesi, la paciencia de Manuela, la inquietud de Andrés, la paz de Emma, el cachondeo de Zeltia y el buen humor que siempre nos transmitía…  Ahora solo le quedaba pensar en los suyos. El resto quedaba atrás con la esperanza de no perder el contacto con todos ellos.

Llegar a casa, el camino de vuelta, ver a la familia…Todo fue como si fuese la primera vez que aquello ocurría, con la pequeña desilusión de que todo seguía igual. Nunca podrá olvidar entrar en su casa y oler el agradable perfume con aroma a HOGAR, olor a cocina casera que su madre había preparado para la ocasión, abrir la puerta de la habitación y ver que aquel desorden propio y permanente seguía incrustado, pero sobre todo el poder estar SOLA.

Todo esto ha bastado para comenzar una nueva etapa en sus vidas donde contarían la una con la otra y donde la causa mayor del sufrimiento de estar ingresadas había sido ocultado por la satisfacción de haberse conocido.

Todos los malos y difíciles momentos, han sido más fáciles gracias al apoyo y constancia que se han aportado una a la otra, así que pase lo que pase ellas estarán
UNIDAS PARA SIEMPRE...


"Si no crees que cada día es un buen día, prueba a perderte uno"
Cavett Robert



8 comentarios:

  1. Cada dia que pasa...me seguis sorprendiendo!.
    No pareis, y por favor, no cambieis nunca!
    Un besazo para las dos

    ResponderEliminar
  2. Hola chicas,ya sois unas grandes escritoras cada dia me gusta mas leeros , dentro de poco estais firmando libros en El Corte Ingles y por supuesto Teresa y yo os acompañaremos.
    Un beso para las dos y mucha fuerza que dentro de poco ya estais tomando un cafe fuera de la 1108.

    ResponderEliminar
  3. Habeis conseguido que lo primero que haga al encender el ordenador sea mirar a ver si hay másss!! besoss wapas

    ResponderEliminar
  4. Aparte de grandes luchadoras, grandes escritoras..yo también os veo en el corte inglés y alli estare yo también, para que me firmeis el libro..jeje...cada vez me encanta más este blog lleno de emociones, sentimientos y grandes valores como la amistad y el gran apoyo entre dos amigas cuando las circiunstancias no son precisamente las mejores..cuando de verdad se conoce y se hacen grandes amigos para toda una vida¡
    no perdais esa fuerza que teneis, ni esa union, y sobre todo vuestra capacidad de superaros como estais haciendo siempre sonriendo¡¡un besito para las dos campeonas¡¡:)

    ResponderEliminar
  5. Hola chicas!
    Bueno os escribo para deciros que sois unas geniales escritoras, y unas grandes luchadoras!!
    Habeis tenido mucha suerte de conoceros! ahora teneis una nueva amiga que os comprende.
    Ahh si, y enhorabuena a Carmen por haber salido ya de esa batalla!
    Y Cris tu puedes que te quedan poquitos dias ya veras! y aqui tienes a tu hermanita para apoyarte jiji

    Un besazo a las dos!!!

    ResponderEliminar
  6. Estáis de enhorabuena por haberos conocido y nosotros por haberos conocido a vosotras.
    Vemos que el blog sigue adelante. Me alegro.
    Carmen, aunque has salido de la habitación 1108, sé que tu lucha no ha terminado.
    Cris, sabes que tú lucha va a ser más complicada que la de Carmen.
    A las dos: recordad las cosas que os hacen reír y eliminad lo negativo de vuestra mente.

    Besos, abrazos y mucha, mucha, muchíiiiiisima energía positiva.

    ResponderEliminar
  7. Otra vez enhorabuena por vuestro relato, creo que sóis unas execelentes escritoras. Además de un ejemplo a seguir. Leer vuestros relatos me ha hecho reflexionar mucho sobre muchas cosas.

    Gracias.

    Un abrazo enorme

    Lucía

    ResponderEliminar